Fragmento de la obra Nueva York versus, «El Zapotito»/. La Madre: He venido de allá del otro lado del río, porque he oído su canto y su llanto al mismo tiempo. Porque he oído el canto de mi pueblo, porque he oído el canto de mi hermana, de mi madre, de mi hija, de todas y por que ese canto se oyó en las cuevas, retumbó en los montes, en las profundidades del océano y porque se oyó aquí en mi vientre materno. Porque esos lamentos no me dejaban estar. He oído un lamento perpetuo y he venido. He oído también las alegrías, he visto todo. Soy una y soy miles y soy una mujer antigua y puedo gritar y puedo llorar. Puedo hacer todo al mismo tiempo. ¡Silencio que el mundo duerme! Y los nahuales andan desatados, andan sueltos. Los hombres, los hombres se van volando, mija. Así apenas se da uno cuenta. Silencio que las reinas de la noche están despiertas. Silencio porque las mujeres-lobo están cerca. Porque las sanadoras, las brujas y demás están rezando como siempre lo hacen por estos lugares cuando se pone la noche brava y uno tiene que esconderse, porque yo he visto cada cosa que si te lo contará nadie me haría caso.


Dramaturga, guionista, docente y directora. Realizó estudios de Licenciatura en Literatura Dramática y Teatro, Facultad de Filosofía y letras. Fue seleccionada para obtener una beca para los cursos de Dramaturgia con el maestro José Sanchis Sinisterra en Barcelona, España. Sus estudios más recientes: diplomado con Adel Hakim, director de teatro francés y el diplomado con la Royal Court de Lóndres. Diplomado con Rodolfo Obregón, Prácticas de lo real en escena. Comencé en el teatro muy joven, desde los 18 años supe que dedicaría mi vida al teatro, al principio como actriz, después de una crisis de vocación, llegué a la dramaturgia. Comencé a escribir hace 30 años, en un diplomado en 1993 con Pablo Mandoki, ahí nació mi primer texto teatral Signos Vitales. Después estuve en talleres con maestros como Hugo Argüelles, Juan Tovar. Un parte aguas en mi vida y mi dramaturgia fue el encuentro con José Sanchis Sinisterra en 1996, donde me hago escritora, replanteo todo mi trabajo y mi poética que he venido desarrollando todos estos años. Mi encuentro en los últimos años con Adel Hakim y los maestros de la Royal Court, definieron mis posturas de hoy en día.


Podría hablar de una búsqueda entre lo milenario, la tradición y el mundo actual. Una contraposición entre lo fantástico y lo real. Formo parte de una generación de dramaturgos en activo, escritores de teatro que nos hemos formado en la escena, desde la escena. Hay una dualidad en mi obra, las que tienen que ver con el imaginario de la memoria, mis ancestros, las historias de los abuelos, Oaxaca, los cuentos y las obras totalmente urbanas, en cualquier ciudad del mundo, el amor, la pareja. Ahora, estoy escribiendo una obra autobiográfica sobre gente con insomnio y es casi documental. Creo que cada vez más en las artes el concepto de autobiografía está más presente en los creadores, claro una ficción-documental. He hecho de todo, actué, dirigí y finalmente la escritura. Ahora también soy productora de mis obras, he producido casi un 80% de toda mi obra producida. Cumplí 30 años en la escritura y ahora después de todos estos años, me siento cada vez más vulnerable, ahora es como si estuviera en los abismos, ahora después de tantos años, siento que nunca se sabe mucho, nunca se llega a lo que uno quiere, pero es ese sentimiento que me hace escribir. Escribir para mí es un acto de fe.